Archivos Mensuales: May 2020
No funciona conmigo «Origen», del sobrevalorado Christopher Nolan. Película que me resulta un potro desbocado con más acción que reflexión y que me llama al sueño en todos sus niveles
«Lady Bird» de Greta Gerwig es la tragicomedia social necesaria y el retrato de adolescencia perfecto. Y Saoirse Ronan es una actriz inconmensurable que eleva todo lo que toca
Lo que caracteriza a las grandes obras maestras atemporales es que, siempre que te acercas a ellas, te siguen cautivando, embelesando, emocionando y demostrando que siempre estarán frescas como una rosa. Por supuesto, fue el caso anoche de mi idolatrada “Lady Bird”, la maravillosamente perfecta ópera prima de Greta Gerwig, una película que, como ocurriera con «Boyhood» de Richard Linklater (con la que tiene más de un punto de conexión), no es una película sobre la vida sino la vida misma en imágenes, el difícil período de la adolescencia reflejado de forma honesta y realista, con su revolución hormonal, su necesidad de reafirmar la independencia personal, sus (fallidos) descubrimientos del amor, sus miedos, sus necesidades por descubrir, su dicotomía amor-odio constante hacia los progenitores… Todo ello está en sabias dosis escanciadas con mano maestra por la musa del cine indie Greta Gerwig, ahora afortunadamente reconvertida a enorme directora (su posterior película «Mujercitas», no ha hecho más que confirmarlo legándonos una versión novedosa y necesaria del clásico texto literario).
Y es que “Lady Bird” es un peliculón con todas las de la ley, una auténtica maravilla a medio camino entre el drama y la comedia que nos regala un personaje adolescente femenino prendido en nuestra alma para lo que nos quede de vida (incluso bastante superior al que nos dejó «Juno» en la película de Jason Reitman), un guión apabullante y provocadoramente sencillo y sincero, y una interpretación histórica insuperable y magistral de la joven Saoirse Ronan, mejor escrito así SAOIRSE RONAN (todo en mayúsculas) que es diosa y señora del cine de nuestro tiempo (para mí, de Elle Fanning, de Margaret Qualley y de ella es propiedad el cine que está por venir).
Porque Greta Gerwig es lista, muy lista, y sabe que podía y debía dejar todo el peso de su ópera prima sobre los hombros de esta impresionante joven actriz, porque ella puede con eso y con más. Porque prácticamente Saoirse Ronan aparece en todos los planos de la película y no cabe imaginarse una sola escena sin ella, un torbellino interpretativo maravilloso y gozoso.
Un peliculón, así con todas las letras. No es ni más ni menos que el relato de ese momento vital entre el instituto y la universidad de una adolescente con una enorme personalidad, las ideas muy claras, un descaro impresionante y un carácter arrollador. Una chica que vive en el seno de una familia humilde y que tiene que convivir en su colegio católico con adolescentes de mucha mejor posición social que ella. Hay que tener ingenio y agallas para sobrevivir en esa situación, y el personaje de Lady Bird (así se ha autodenominado ella misma renunciando al nombre de Christine que le dieron sus padres) puede con todo y con todos, y se cuela de forma definitiva en nuestra vida para siempre.
No es fácil ser la pobre del colegio de monjas, ese en el que te lavan el cerebro a tiempo completo si no derrochas la personalidad de Lady Bird (impagable escena la de la charla sobre el aborto, llena de risas inteligentes), pero si eres Lady Bird, tienes madera para superar eso y todo lo que te traiga la adolescencia, aunque no te guste una madre siempre agobiada por las circunstancias, un padre desempleado que se avergüenza de su fracaso vital, y un hermano y su novia sinceramente aterrizados desde el planeta Marte, absolutamente inexplicables.
Amo a Lady Bird y a Saoirse Ronan de forma simultánea, porque una no se puede explicar sin la otra y simplemente porque se trata de un personaje que ya me acompañará durante el resto de mis días en una película adorable que forma parte de mi colección particular de sueños cinéfilos.
El cine era esto. «Agosto» es un drama familiar sureño duro, honesto, sudoroso y despiadado, una película de mujeres al borde de un ataque de nervios, una obra maestra incontestable
He decidido romper mi silencio y contar la verdad al mundo mundial
Ya va siendo hora de que sepáis la verdad sobre la pandemia del COVID19 y todo lo que se oculta detrás. Me prometí no hablar, pero creo que vuestro grado de desorientación y descoordinación hace imprescindible que rompa mi silencio de forma definitiva.
El virus comunista fue creado en un laboratorio chino por China, Corea del Norte, Cuba y, sobre todo, Venezuela, siempre Venezuela, no perdáis ese nombre de vista para poder entender todo el relato que sigue a continuación (incluso si en el Mercadona ya no quedan frutos secos, debe ser porque los venezolanos se los han llevado todos para sus orgías donde sacrifican y se comen a los niños crudos previo baño maría en ron, cubano por supuesto).
El virus comunista fue directamente diseñado para matar a los españoles de bien como Dios manda (que hayan muerto otros seres humanos inferiores por no ser españoles es un detalle de menor importancia, no son más que meros daños colaterales impredecibles por el ritmo de contagio del virus comunista).
El mencionado virus comunista fue propagado directa y premeditadamente a la muy católica población española mediante la manifestación del 8M, esa que estaba plagada de feminazis-bolleras-asesinasdebebés-comunistas-bolivarianas-chavistas-populistas-etarras-creadorasdedenunciasfalsascontraloshombres. El virus no se contagiaba, repito, NO SE CONTAGIABA en ningún evento político de gentes de bien organizado en Vistalegre después de misa de 12. Ahí no, sólo entre las feminazis asquerosas porque no se lavan si se depilan como debe ser. Esa es la explicación científica que se nos oculta por parte del gobierno marxista-leninista-etarra-perroflauta.
A partir de ahí, el susodicho gobierno ilegítimo, okupa de la Moncloa mediante un golpe de estado marxista-leninista-estalinista-perroflauta propiciado por China, Corea del Norte, Cuba y, sobre todo Venezuela (nunca perdáis de vista Venezuela, os lo vengo avisando), aprovechando la pandemia causada por el virus comunista, suprimió la democracia, nos encerró en nuestras casas, nacionalizó los bancos-laseléctricas-lastelefónicas, suspendió la Semana Santa y quemó las iglesias con todos los curas dentro, obligó a todas las mujeres españolas a abortar, aplicó la eutanasia a todos los mayores de 65 años que no fueran comunistas, violó a la totalidad de las monjas de este país y nombró patrón de ¡¡¡¡España!!!! a Vladimir Ilyich Lenin.
Igualmente, obligó a jurar el Manifiesto Comunista a policías y guardias civiles para que impusieran con mano de hierro una dictadura donde es imposible manifestar crítica alguna al sistema, habiendo cerrado de facto todas las redes sociales (solo Telegram resiste al ser muy español y mucho español), prohibiendo el uso de cacerolas y sartenes (por su peligro crítico) y desde entonces sólo cocinamos en cacharros de barro o cristal, tapiando igualmente balcones y ventanas.
Todo ello, parte de un plan preconcebido para destruir la economía desde dentro, obligando por capricho (venezolano) a cerrar todos los establecimientos e imponiendo algo tan comunista como el teletrabajo, sistema que, como todos los españoles de bien saben, otorga demasiados derechos y es enormemente beneficioso para los trabajadores, todos ellos comunistas, salvo los que ganan más de 200.000 € anuales, que ya pasan a ser personas de bien.
De hecho, han derogado el concepto de España como tal porque le han entregado el poder íntegro a todas las “regiones de la España Una, Grande y Libre”, incluso en el caso de las Provincias Vascongadas y de las Provincias EspañolasCatalanas, habiendo suprimido de facto el poder estatal, nos han impuesto de nuevo como bandera la ilegal tricolor, como himno el de Riego, han suprimido la monarquía y han expulsado a Su Majestad y a toda su Gloriosa y aún más Trabajadora Familia del país, todo ello tras haber tirado sin mayor ceremonia por la tapia de enfrente los restos del Caudillo de España por la Gracia de Dios.
Pero no hemos podido enterarnos de todos estos desmanes porque se han cerrado prácticamente todos los medios de comunicación y, los que quedan, tienen que enviar sus informativos previamente a Moncloa para que sean aprobados, al igual que cualquier contenido que circula por redes sociales, con lo que nos han vetado a los españoles de bien la posibilidad de difundir bulos o noticias que nos de la gana hacer circular, sean falsas o no, pero siempre por el bien de España y de todos los españoles, habiéndosenos prohibido incluso la posibilidad de comernos la bandera de España cuando ya no quede dinero para adquirir ningún otro alimento.
Ahora ya sabéis lo que hay. Yo me voy a exiliar a Arabia Saudí, que esa sí que es una democracia y no como Venezuela.