Archivos Mensuales: enero 2019
«Carmen y Lola» es una proeza fílmica hercúlea de Arantxa Echevarría, una oda a la sensibilidad, una mirada sin piedad al mundo gitano y Zaira Morales como templo de la interpretación
Pocas películas más especiales que «A ghost story» de David Lowery, historia frustradamente terrorífica pero poema visual, metafórico, filosófico y poético inconmensurable y lento (y Rooney Mara)
«Yo, también» logra todo lo que no consigue «Campeones»: un documento imprescindible y honesto sobre las necesidades afectivas de las personas con Síndrome de Down, con unos Pablo Pineda y Lola Dueñas como una de las parejas con más química de nuestro cine
Era justo y necesario acercarse a la realidad de las personas con síndrome de Down con urgencia seria y fundada antes de que la semana que viene todo estalle para ponerme de mala leche en los Goya. O sea, era el momento de revisitar una película de verdad, que se acerca a la realidad del Down de verdad, con historias de verdad, personajes de una pieza y bien definidos y realidades certeras y veraces de su día a día. Es decir, había que ver “Yo, también” de Álvaro Pastor y Antonio Naharro, con una de las interpretaciones más honestas que haya visto en mi vida a cargo del actor innatamente superdotado Pablo Pineda.
Se trata, simple y llanamente, sin trampa ni cartón y cámara al hombro, de contar la historia de un ser excepcional, el personaje que magistralmente interpreta Pablo Pineda, intentando vivir una vida normal a pesar de convivir con su síndrome de Down. A sus 34 años, trabaja por primera vez en una Consejería de la Junta de Andalucía en Sevilla. Intenta emanciparse material y sentimentalmente de su familia, lucha porque le permitan ser adulto, por dar todo en su puesto laboral y… allí conoce a la mujer de su vida, una Lola Dueñas aún más excepcional de lo que ya suele acostumbrar a demostrar delante de una cámara.
Quiere amar y ser amado, porque no todo es independencia económica, satisfacción laboral o estabilidad familiar. También las personas con síndrome de Down tienen necesidades afectivas y sexuales, como cualquier ser humano. No quieren ser menos ni más que nadie, sino que aspiran a lo mismo con la misma intensidad y necesidad.
Película ejemplar en sus motivaciones y resultados (a diferencia de “Campeones” de Javier Fesser, maravillosa en sus razones pero fracasada desde el punto de vista de la calidad cinematográfica que un tema tan trascendente necesita), “Yo, también” es certera, fidedigna, honesta, coherente, directa y sincera de principio a fin. Cine comprometido y necesario, imprescindible para acercarse a una realidad que está a nuestro lado.
Y todo ello con unas formas cinematográficas sencillas, cuasidocumentales, cámara al hombro sin mayor artificio con una Sevilla arrebatadora como telón de fondo, y con una pareja de actores en estado de gracia derrochando una química muy pocas veces vista en pantalla por parte de Pablo Pineda y Lola Dueñas, que devoran cada plano, cada escena, cada momento épico de los que está cargada la película.
El resto de subtramas que los rodean, molestan más que ayudan. Porque ellos dos son bastan y se sobran para hacer grande esta película, fundamental e infravalorada en los anales de nuestro cine.