«Nieve negra» de Martín Hodara, el gran thriller argentino que pudo ser y no fue

«Nieve negra

«Nieve negra” pudo ser un gran film. Tenía muchos mimbres el cesto, pero… esa narración artificialmente fragmentada con recurrentes y predecibles flashbacks y un guión excesivamente salido de un laboratorio acaban lastrando una obra que pudo ser mucho más importante de lo que acaba siendo.

Un thriller sobre una oscura muerte del pasado que evidencia que su explicación está encerrada en oscuras historias familiares a punto de estallar. Y todo bajo un frío gélido y una nieve perpetua de una de las zonas más agrestes de la muy cinematográfica Patagonia.

Todo ello protagonizado por el dios Ricardo Darín, Leonardo Sbaraglia, Federico Luppi y una Laia Costa realmente deslumbrante y que eleva el film actoralmente a cotas importantes.

Lo que narro suena a muy buena peli, y mala no es desde luego, pero no llega nunca a calar. No hay nada más inmenso, glorioso y eterno que un thriller que te empape el alma (“Tarde para la ira” de Raúl Arévalo es el ejemplo glorioso de libro de ello), y éste no lo hace por mucha nieve que rodee a sus personajes a lo largo de todo el metraje.

Alguna escena forzada y una ruptura temporal demasiado artificiosa de la narración devalúa un film que pudo llegar mucho más lejos apenas se hubiese trazado el patagónico camino por un sendero más directo y visceral.