«XXY» de Lucía Puenzo, tan honesta como compleja, muestra en carne viva la incertidumbre del despertar sexual en la adolescencia mezclado con un crudo problema de identidad de género

XXY
“XXY” es una película muy difícil, poco complaciente, dura, certera, honesta y sin concesiones. Por ello la directora argentina Lucía Puenzo triunfa con ella y a lo grande, contando la historia de una adolescente que nació con órganos genitales de ambos sexos. Y lo hace sin sentimentalismos, sin morbo, de forma aséptica, desde una sosegada distancia, de manera magistralmente concisa sin rastro alguno de telefilm.
 
Para ello, cuenta con dos ases en la manga absolutamente infalibles:
 
1.- Una historia de amor iniciático adolescente de las que hacen época, mezclada con la incertidumbre de la identidad sexual de sus protagonistas y de sus deseos ingobernables a pesar de lo que la sociedad impone de forma cruel. No ahorra situaciones desasosegantes y sabe jugar con el espectador de forma cruel hasta que logra hacerle sentir el mismo abismo bajo sus pies que sufren los jóvenes protagonistas.
 
2.- Un elenco de actores para desarrollar la historia de los que quitan el hipo. Que aparezca Ricardo Darín ya sería suficiente motivo para ver ésta y cualquier otra película, pero es que está la joven actriz Inés Efron, que se come a Darín y a quien se ponga por delante, fraguando una interpretación soberbia en uno de los papeles más complicados que se puede ocurrir para una joven actriz: transmitir la confusión del despertar sexual adolescente a la par que su terrible mezcla con su indefinición sexual física y de deseo. E Inés Efron abre la cátedra de interpretación y deja al planeta entero boquiabierto ante su composición, desnudando cuerpo y alma de forma perturbadoramente efectiva.
 
A todo ello unimos una hiperrealista cámara al hombro y unas imágenes de la costa uruguaya apabullantes para cerrar el círculo de una película valiente, necesaria y compleja, que te deja boquiabierto jugando todas las bazas que cuenta (y que no cuenta) de forma lúcida.