Obra mayor de un cineasta superdotado, «Madres paralelas» es un regalo al mundo que nos ofrece Pedro Almodóvar presentando dos películas en una, a cual más lograda

Obra mayor de un cineasta superdotado, «Madres paralelas» es un regalo al mundo que nos ofrece Pedro Almodóvar presentando dos películas en una, a cual más lograda

“Madres paralelas” es la obra de madurez de un absoluto genio, de un director imprescindible para la historia del cine, del más internacional y eterno de nuestros cineastas. “Madres paralelas” es algo más que una obra maestra atemporal, que un clásico instantáneo. “Madres paralelas” es mucho más que una película, porque en realidad son dos películas.

Si toda la almendra central del film es un melodrama almodovariano clásico con ecos a Douglas Sirk que tanto idolatro, el prólogo y el epílogo, sobre todo el epílogo, de la cinta son absolutamente sobrecogedores y una lección de cine y de memoria histórica sin precedentes. Su final, su portentoso final, te prometo por mi conciencia y honor que te dejará sin respiración y completamente noqueado. Es la magia de un genio inconmensurable. Es el cine de Almodóvar elevado a su máxima expresión.

Una película que es valiente, mucho. Que se moja de imagen y de palabra. Con diálogos comprometidos social y políticamente y lúcidos como he escuchado pocos. Una discusión en la cocina de Penélope Cruz y Milena Smit resume cien sesudos tratados sobre la memoria histórica y las heridas por cerrar. Escena sublime culmen de la película dentro de un film apabullante por dentro y por fuera.

Todo lo que esperas de Almodóvar, desde la escenografía hasta los elegantes y ampulosos movimientos de cámara están presentes sublimados. Pero este Almodóvar es cada día más inteligente y ha decido de forma expresa en esta obra maestra abusar de los primeros y medios planos, para dejar a sus actrices que den todo de sí, sostengan ellas solas la película y se expresen para la historia del cine. Y digo actrices porque actor sólo aparece uno durante el metraje, y es prescindible. Es cine de mujeres de principio a fin. Y qué cine.

Y claro, cuando Almodóvar decide abandonarse a ese derroche de primeros planos, es porque puede descansar y respirar sabiendo que sus actrices lo van a dar TODO para encarnar sus personajes. Lo de Penélope Cruz en esta película no es de este mundo. Una de las mejores interpretaciones que haya visto en muchos años. Y que todavía alguien discuta que estamos ante una actriz superdotada… Quien todavía ose afirmarlo, que vea “Madres paralelas” y nos explique cómo se puede superar lo que derrocha a manos llenas una actriz en estado de gracia llamada Penélope Cruz.

Pero ojo a Milena Smit, porque mantiene el pulso a la misma altura y conforma un personaje muy difícil de una forma impecable. Matrícula de honor para una actriz que, tras este espectáculo y el que nos regaló en “No matarás” apunta a ser el futuro de nuestro cine.

Aitana Sánchez-Gijón recitando el monólogo de “Doña Rosita la soltera”, aunque no esté yo para mucho teatro ahora mismo, mirando a cámara es otro momento insuperable. Dicho sea de paso, con una presencia de Granada durante los diálogos de los personajes bastante notable. De Lorca a Granada pasando por Almodóvar es un camino gozoso para recorrer una y mil veces.

Si entramos a la sustancia del melodrama que soporta el peso del metraje, gravitando alrededor de la maternidad y la mujer como fuente de vida, entonces descubres que estamos ante un cineasta superdotado e insuperable, cosa que ya sabíamos.

Y ojo al temazo de Janis Joplin que suena. Apoteósico.