«Nieve negra» de Martín Hodara, el gran thriller argentino que pudo ser y no fue

«Nieve negra

«Nieve negra” pudo ser un gran film. Tenía muchos mimbres el cesto, pero… esa narración artificialmente fragmentada con recurrentes y predecibles flashbacks y un guión excesivamente salido de un laboratorio acaban lastrando una obra que pudo ser mucho más importante de lo que acaba siendo.

Un thriller sobre una oscura muerte del pasado que evidencia que su explicación está encerrada en oscuras historias familiares a punto de estallar. Y todo bajo un frío gélido y una nieve perpetua de una de las zonas más agrestes de la muy cinematográfica Patagonia.

Todo ello protagonizado por el dios Ricardo Darín, Leonardo Sbaraglia, Federico Luppi y una Laia Costa realmente deslumbrante y que eleva el film actoralmente a cotas importantes.

Lo que narro suena a muy buena peli, y mala no es desde luego, pero no llega nunca a calar. No hay nada más inmenso, glorioso y eterno que un thriller que te empape el alma (“Tarde para la ira” de Raúl Arévalo es el ejemplo glorioso de libro de ello), y éste no lo hace por mucha nieve que rodee a sus personajes a lo largo de todo el metraje.

Alguna escena forzada y una ruptura temporal demasiado artificiosa de la narración devalúa un film que pudo llegar mucho más lejos apenas se hubiese trazado el patagónico camino por un sendero más directo y visceral.

«Historias mínimas» de Carlos Sorín, una cándida road-movie al corazón de la inocencia

Historias mínimasVista de nuevo la friolera de 14 años después, “Historias mínimas” sigue siendo un ejercicio de honradez del argentino Carlos Sorín desde el título, que ya presagia una declaración de intenciones consecuentemente bella por sencilla.
 
El film no trata de nada del otro mundo. Son un ramillete de pequeñas historias cruzadas dentro del extensísimo e inabarcable territorio de la Patagonia.
 
Como si de un Robert Altman del vacío se tratase, Sorín nos cuenta pequeñas grandes historias entrañables de personajes anodinos y poco importantes, sobresaliendo por encima de todas ellas la del abuelo en busca del perro fugado, y tocando el corazón de forma inmisericorde con la de la inocencia personificada en la madre que acude al más cutre de los concursos de la más cutre cadena televisiva.
 
Y con la Patagonia como principal testigo y protagonista, un personaje más de esta road movie camino hacia ninguna parte.
 
“Historias mínimas” se queda a las puertas de ser una obra maestra, justo el lugar que solicitaba de motu propio ante su maravillosamente infinitesimal propuesta.