Matrícula de honor para el más difícil todavía que propone la Temporada 3 de Narcos en una pirueta espectacular de resultados soberbios. Netflix volvió a triunfar por la puerta grande con su mejor producto.
Parecía que la muerte de Pablo Escobar pudiera desinflar uno de los grandes hitos de la televisión del momento, pero no, lo han vuelto a hacer: cautivo y desarmado el cártel de Medellín y muerto Pablo Escobar, la televisión vuelve a tocar techo con el cártel de Cali.
Sustituimos a Escobar por una dirección criminal colegiada, cuatro padrinos de Cali perfectamente perfilados en sus planteamientos, caracteres, evoluciones psicológicas y enfrentamientos entre ellos. Magistral. No era para menos: cambiar a Pablo Escobar y su liderazgo sangriento necesitaba de cuatro socios (para el negocio y para el buen funcionamiento de la serie) y vaya si lo han logrado en ambos casos.
Pero, paradójica y magistralmente, el epicentro de la Temporada 3 es Jorge Salcedo, históricamente interpretado por el actor hispano-sueco Matías Varela. Su personaje, mero jefe de seguridad del cártel de Cali que sigue instrucciones de Miguel Rodríguez, se hace con las riendas de la función y te atrapa para siempre. Es uno de esos personajes que ya te va a acompañar para el resto de tu vida, y que genera la tensión dramática hasta el punto de que comienza a darle igual al espectador lo que ocurra con los padrinos de Cali o con el mismísimo cártel porque el destino de Salcedo se convierte en el epicentro de tu vida.
Colosal personaje para una serie cuidada al detalle, no solo en dirección y producción, sino sobre todo en documentación, mezclando (como ya hiciera en sus dos temporadas anteriores) imágenes reales con enormes secuencias de ficción, plenas de calidad.
No es que la temporada 3 no baje el nivel estratosférico de las dos primeras, es que lo mantiene y quién sabe si incluso lo supera. Simplemente magistral, cine de muchos kilates.
"El cine era esto" por Sergio Berbel Leyva 